Igor P. de S.

PALABRAS..., MUCHO MÁS QUE PALABRAS (3): LOS VALORES, EL VALOR Y LA VALÍA

          Evidentemente no me refiero en absoluto a “los valores que cotizan en las Bolsas de Valores de los países más ricos del Planeta Tierra.

          Me refiero exclusivamente a lo que sabiamente llamamos VALORES, VALORES MORALES, esas referencias de base sobre las que se fundamentan la ÉTICA, y -más concretamente- lo que a mí me gusta llamar “la Ética de la vida cotidiana”, es decir, la Ética más concreta, más cercana y encarnada; ésa que nos compromete y nos define personalmente; ésa que define nuestra VALÍA como personas.
 
         En el polo opuesto a esos valores morales, encontramos “el TODO VALE / el JUSTIFICAR lo INJUSTIFICABLE, o sea: aceptar o decir SÍ cuando sólo el NO es de justicia, cuando el NO es el ÚNICO VALOR que se pueda y se deba afirmar sin matices, sin componendas ni “maquillajes” (es decir, para que todo “huela bien”, para que todo “quede bonito”, para “quedar bien frente a nosotros mismos y frente a los demás”).
 
          Frente a este tipo de “maquillaje estético”, yo pregunto: ¿Puede haber Belleza donde no hay Ética, es decir, donde no hay VALORES?
        
          Entre las lenguas que nos son más cercanas y que más se hablan en nuestro Planeta, sólo la lengua castellana (que yo sepa) identifica el VALOR (el “tener valor”) con la VALENTÍA (con el hecho de “ser valientes):
 
          En efecto: tanto en Inglés como en Francés, el VALOR de una persona VALIENTE, (la VALENTÍA), se traduce con el término “COURAGE”: coraje. Sin embargo, en Castellano, el CORAJE de una persona valiente, equiVALE a ser una persona CON VALOR, que tiene EL VALOR DE AFIRMARSE;  un “gesto necesario”, algo que no todo el mundo tiene el coraje de poner en práctica.
 
          Mi amor por la Lengua y por la literatura me lleva a imaginar que quizás no sea una casualidad el hecho de que sea en Castilla -esa región de España que da nombre a nuestra lengua común (el Castellano)- donde “nació y llevó a cabo sus famosas hazañas” el noble personaje de la literatura universal Don Quijote de la Mancha. Y digo que “quizás no sea una casualidad” porque -en el ámbito de la Semántica y de la Moral- a veces hace falta encarnar a nuestra manera esa noble figura, “ser un Quijote”, es decir, TENER EL VALOR necesario para afirmar y defender ciertos valores de “la Ética en nuestra vida diaria”.
 
          Pienso que de ese valor “quijotesco”, de esa fuerza interior profundamente ética y noble, toma su talla y su calidad nuestra propia VALÍA personal, una perla del alma tanto más bella cuanto que a veces es una joya rara, difícil de encontrar.
 
         A mí me seduce “LA IMAGEN” DE LOS GRANDES ÁRBOLES, porque viven y mueren de pie. Por eso quise marcarla como imagen metafórica en “mi perfil”, cuando me inscribí en el Foro de Poemas del Alma hace más de tres años.
        
         En mis “reflexiones igorianas” se me antoja pensar que “el Derecho” (sobre el que se fundamentan las leyes de la justicia en los países que todos conocemos) es lo opuesto a “vivir acostado” o a “actuar torcidamente”,  pues sólo puede dignificarnos una forma de actuar y de afirmar ciertos valores \"rectamente\" (co-rrectamente) con nuestra propia valía personal.
         
         Constatamos una vez más que la lengua es una preciosa mina de sabiduría, e incluso un ejemplo de estética. Y es que  Ética y Belleza se necesitan la una a la otra. ¿O no?

          COMENTARIO: Le dedico estas letras a mi padre, a la entereza de su valor (de su valentía) como hombre. De él he  aprendido los valores que nos permiten \"vivir de pié\" y la belleza quijotesca de los grandes árboles.

          Os deseo un bonito Domingo.