Las venas, son los hilos con los que juega el destino y ni siquiera me puedo ahorcar con ellas ahora que estoy atrapado en un espejo incapaz de reflejar el mismo instante.
Ese es mi don, yo puedo resucitar tantas veces como muero.
Por eso, aún muerto, doy la bienvenida a mi mundo. Donde se pone toda la pasión en lo que se hace, donde he aprendido a ser en la vida y en el amor el mejor piloto kamikaze.
También está escrito en mi cuerpo y en mi mirada. Este es mi mundo. En el que se muere y cuando te desprendes del miedo, se renace.