Mi padre viejo sendero,
y sus cuentos hecho hilachas
los pies en el bracero
en las manos la guitarra.
Las décimas me decía
son el lamento nuestro
se necesita valor
para descifrar mis cuentos.
Siempre tuve aposento
bajo la sombra de un árbol
donde la música suave
era el trinar del campo.
El sol era mi luz
la luna una viajera
el trigo era el soñar
de las antiguas eras.
La paja de sol brillante
acogió mi cuerpo aveces
Para dormir calientito
entre gavilla de mieses.