De ti pocos saben
pero muchos confían,
Tu sacrificio, holocausto,
noches por el bienestar,
días por la seguridad,
y ese niño que te observa,
se deslumbra con tu mirada,
por el desierto recorres bajo el sol
y por los esteparios hielos avanzas,
cumpliendo con el deber
y en la gran ciudad
cuando el caos se asoma,
un pequeño grito de esperanza.
Y esa niña que te observa
se esperanza al divisarte entre humo,
Navegas por los interminables océanos
e incursionas por las infinitas cumbres
con tu mirada siempre latente,
siempre valiente.