luismaria
Soy del pueblo maldito.
Yo soy del pueblo maldito
con todas sus consecuencias...
Sobre mis espaldas cargo
mis culpas y las ajenas,
y los mitos imprecisos
de generaciones enteras;
las más en lo porvenir,
las otras por ser pretéritas.
Llevo en la frente grabada
una maldición eterna:
Habrás de ganar el pan,
mitad trigo, mitad avena,
con sudores entintados
de humillación y vergüenza;
que levantará la ira
y no saciará la guerra.
Ayes de los tormentos
que por siglos representan
el yugo con que a los pueblos
en las miserias sujetan.
Un angel negro de noche
levanta una bandera,
lábaro de la injusticia,
con la muerte por frontera;
miserable y andrajosa,
con la mirada perdida,
le sigue su compañera,
preñada de aburrimiento
entre siglos de miserias:
el angel no tiene sexo,
la otra es una quimera.
Aquel que tenga dineros,
clave una señal en su puerta;
un símbolo de poder
y una marca esotérica.
Aquellos que no estén domados
dormirán en las cunetas,
con los ojos reventados,
fijos en las estrellas;
empapados en el llanto
de la rabia y la impotencia.
El precio ya está tasado
en reuniones secretas;
los verdugos serán santos,
que así se firma en la mesa.
Este pueblo desgraciado
llevará nuestra cadena,
que siendo así humillado
ganará la Vida Eterna. (*)
(*)Epílogo: ¡Largo me lo fiais, granujas!