El albornoz descansa sobre la cama,
espera tu llegada y la mía.
Aguanta la salida del baño
aunque sabe que debería estar detrás de la puerta colgado
listo para taparnos y secarnos cada uno a su turno.
Aparenta estar tranquilo pero está nervioso.
Impaciente.
Tiene calor y teme al frío.
El albornoz descansa sobre la cama,
no sabe que lo veo.