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EXTRAÑO A MIS HIJOS

                     Extraño a mis hijos, pero no a mis hijos hombres, adultos y padres de familia, que se levantan temprano para ir al trabajo y revisar cuentas a pagar antes de dormirse.

Extraño a mis hijos chiquitos, que volvían de la escuela con el pelo revuelto y el guardapolvos desprendido.   

Extraño a mis hijos con la cara pegoteada de caramelos y las manitos sucias; a mis hijos tomando café con leche ante la tele. A mis hijos soplando las velitas de su torta de cumpleaños y entregándome un regalito de Día dela Madrehecho en la escuela.

Extraño a mi hija. Pero no a mi hija mujer y madre que lleva  sus nenas al médico y les hace preguntas que lleva anotadas. No a mi hija que trabaja, estudia y prepara la cena para su familia. Extraño a mi hija bebota, que siempre estaba contenta y sonreía por cualquier cosa. A mi hija chiquita, con dos colitas sobre las orejas y el flequillo despeinado, pidiendo un hermanito. Extraño a mi hija bailarina clásica, amante de las recetas de cocina y de la música, siempre coleccionando algo diferente.

Extraño a mis hijos que lloraban de noche y sólo se dormían si les daba la mano. Extraño a mis hijos que no van a volver, los que ya no existen, porque la vida los transformó en adultos y se parecen demasiado al hombre que es fue su padre y a la mujer que soy.

                       Extraño a los hijos que eran míos.