Despedida a un ser humano...
Si tengo que ser sincera con mis pensamientos,
la verdad es que Ricardo Fort nunca me cayó simpático, dado sus excesos;
pero viendo su soledad, su necesidad de ser aceptado,
el horror de la familia a la que pertenecía
que no lo respetó estando vivo y menos muerto,
y viendo su triste final,
le dediqué unas palabras.