En una esquina del tiempo
daba vueltas mi destino,
esperaba que yo llegue,
que halle por fin el camino...
¿Laberinto caminado
desandando el infinito...?,
¿Retorno a la luz primera
viajando en los dos sentidos...?
Hacia el futuro ignorado...
hacia el pasado olvidado...
El camino viene y va,
es el dueño de los hitos.
(Al final, El Creador,
el mismo que hizo el principio).
Quise ser alguien común
(casa, mujer, unos hijos...)
pero debía ser poeta,
lo había decidido Cristo...
En una esquina del tiempo,
la puerta del laberinto
se entreabría tenuemente
a mi destino infinito:
Dejar de ser un camino
para transformarme en grito.