Hugo Emilio Ocanto

Atiende la puerta decentemente (Poema) GRABADO

Y todavía tienes

cara para preguntarme

qué me pasa.

Hubiese preferido

no me dirigieras la palabra.

Me pasa que no puedo creer

que seas tan impúdica.

No te asombres

por lo que te digo.

Reflejas un rostro inocente

pero no, te comportas

como si fueses una cualquiera.

Te he dicho infinidades

de veces que cuando

llamen, atiendas

con una vestimenta

más adecuada

a lo que corresponde

a una mujer decente...

Sé que lo eres,

pero no lo pareces.

¿Cómo se te ocurre

atender vestida así,

en ropa interior?

Estás semidesnuda.

¿Quieres conquistar

a alguien?

Pues entonces hazme caso

y sal a la puerta

vestida, no como lo haces.

¡No me importa

que haya sido la vecina!

En otras ocasiones,

fuere quien fuere,

has salido también así...

¡no me agrada lo hagas!.

Es como si fuese

a atender yo a la vecina

en calzoncillos

y con el torso desnudo.

No te rías,

a mí no me causa

ninguna gracia tu proceder.

Aparte que viene a molestarte,

después a de sacarte la piel...

por impúdica. 

¡No me llames exagerado!,

no exagero.

Te estoy diciendo

lo que pienso,

y espero seas lo suficientemente

inteligente para hacerme caso.

¿Qué quieres que haga?

¿que te encaje una cachetada?

Nunca te he levantado

la mano para hacerlo,

ni nunca lo haría...

no te aproveches de mí...

Sólo hazme caso.

No quiero volver

a verte salir casi semi desnuda

a  atender la puerta...

¡aunque sea una mujer!.

Los otros días, 

no me acuerdo cuándo,

trajeron una tarjeta

a tu nombre, y fuiste

a atender vestida

como estás ahora...

vestida... hasta se te perciben

las tetas...

Te pido no me hagas cabrear,

y compórtate como una señora.

No como una loquita...

Bueno, tú me entiendes...

Sírveme un café

por favor...

¡y que no esté quemado!...

¡No pongas tan alto

el volumen de la radio!

Son las nueve de la mañana

y todavía hay vecinos durmiendo...

¿qué te pasa hoy?

¿te agrada verme alterado?

No me hagas hacerte observaciones

como si fuese un cascarrabias.

Anda a hacerme el café,

por favor, mientras

me pondré a leer el diario.

Puedes apagar la radio.

Cuando me vaya,

puedes encenderla

dándole el volumen

que tú quieras...

ven acá, dame un beso...

¿que si deseo algo más?

Sí... después que 

termine de tomar el café...

¿qué voy a querer?...

que te saques esa impúdica

ropa, y quedes completamente desnuda.

¿cómo para qué?

Cuando vuelvas te lo digo,

no te hagas la desentendida,

también yo voy a quedar desnudo...

Derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto 28/11/2013)