Despierto, me masturbo, duermo, si salgo de la pieza voy para el grupo, del grupo al café,
del café otra vez al encierro en la pieza, me acuesto, veo televisión, me masturbo y duermo.
Despierto…
Y el círculo vicioso se repite una y otra vez, ad infinitum…
Paso innumerables horas postrado en cama, adicto a la euforia,
soñando despierto con la fantasía del sexo, dinero, poder y prestigio
tiranizado eternamente en este trance de turbación mental:
fantasía-euforia-realidad…realidad-fantasía-euforia…
conquistador-millonario- poderoso-respetado…
…fracasado- frustrado- soñador-miserable…
Devastadoramente débil soy levantado.
Tambaleante asisto a reunión de terapia,
busco con quien tomar tinto en el café.
Paso la tarde allí, hablando, escuchando música.
Al final regreso a casa al encierro en la pieza
veo largas horas de televisión, sin poder dormir,
dominado de nuevo por la fantasía
a quien doy la bienvenida porque trae consigo la euforia:
placer efímero que deseo sentir una y otra vez…una y otra vez…
Agotado y devastadoramente débil, caigo dormido.
Al siguiente día despierto…
Y el ciclo se repite ad infinitum, llevándose mi vida.