Fuiste manantial de agua clara
donde, por las gargantas
baja el fluido de las promesas por cumplir
Torronteras de compromisos sin cargo
“Jamás te olvidaré”
- te prometí -
Pero jamás es una palabra tan larga
que su tinta envejece antes de ser completada
Una cadena de estaciones oxidan mi tren
Torpes vagones que gota a gota
se pierden
en un laberinto de neuronas
cansadas de tanto viaje
y polvo de desiertos desalmados
La ventanilla muestra muchos árboles vencidos
Cobijo de la hoja nueva, ayer, y caduca, mañana
La brisa de tu nombre
ya no mueve las espigas de mi corazón
El viento de las horas
redondea cada arista de lo que fue
Se borraron las huellas
y el sabor de las lágrimas
en el poema que te escribí
Nada de tu rostro, tu pelo y tu cuerpo
me era ajeno
Ahora no sé si eres tú
o el recuerdo de otra mujer
a la que vi pasar y olía a ti
Las mariposas de mi vientre
hibernan y abandonan sus alas
en la oficina de objetos perdidos
La memoria naufraga
en el instante en el que alcanza el mar
la fuente de los recuerdos
Me persigue el olvido
Cuando me atrape, no recordaré
haber jurado
que jamás te olvidaría