Yo le canto a la vida
¡señores¡
por que soy feliz
feliz, feliz.
No tengo dinero a montones
para derrochar
pero soy muy rico señores
allá en mi hogar.
No me ando escondiendo
de nadie
ni tengo a mi espalda
cuatro patanes
¡qué me van a cuidar¡
si lo que me sobra es felicidad
y esa no me la pueden quitar.
Les diré
por qué soy feliz señores,
tengo un rancho de a peso
que contiene la riqueza
que por años pude cultivar.
Y mi semilla me ha dado
la sonrisa que tengo
y más ganas de luchar
para mantener ésta felicidad.
Yo le canto a la vida
¡señores¡
por que tengo qué cantar
éstas cuatro letras señores
que acaban de escuchar
y si mi historia es su historia
señores,
yo los invito a cantar.