victolman
Pobre de mí
¡Oh! Madriguera de mil pesares
arremetes con tanta malicia,
mi corazón lo llenas de desdichas,
y a mi amar…
Un fuerte desconsuelo lo invade.
¡Ya no puedo respirar!
Todo mi mundo gira en revés,
cual eternos mareos que se adhieren,
desafiantes y cargados de tormentos,
todos llegan imprudentes en exceso;
suelen congelar mi mente
en su despiadado transitar,
musitándome perpetuos ecos
en mis vacíos entenderes,
largas torturas miserables
sembradas en ascuas de fuego
que minan mi alma,
las cuales apabullan mi débil razón;
vago en desesperas
afectando mis sentidos,
muchas veces pierdo la conciencia
topándome con el suelo
hasta desangrar…
¡Pobre de mí!
Pobre de ésta humilde sensación,
que en su profundidad solo es un sepulcro
engendrado por su naturaleza misma,
una suerte de esperanza,
un anhelo en su triste ilusión…
¡Oh, fantasía!
Me envuelves en las necesidades
de tus inalcanzables caricias…
Lejanos recuerdos disfrazados
por falsas facetas ya vividas,
ya corrompidas…
¡Oh, desilusión!
Vas alimentando mi olvido
en el calvario de ésta prisión.
Seguiré naufragando
por el inmenso mar de la melancolía,
atrapado por aquellas redes ya perdidas
las cuales sofocan mi alma sin razón,
ya no tengo más valor
para seguir en ésta desquiciada vida,
una experiencia ya partida
en su auge de dolor,
hoy, solo soy
una víctima más del desamor.
(victolman)