Afuera el ruido prohíbe,
Eso que quieres imaginar
Allí no puedes cantar,
Ni oís las aves, siquiera…
No puedes vivir afuera,
Pero, si vas a arriesgar…
Si decides caminar
Por las calles y veredas
De nuestra ciudad en veda,
No olvides tu corazón…
Si buscas una canción
Que no conozca censura,
Ella se encuentra segura
En la morada bendita
Junto a la llama infinita
Cuya lumbre de fogón,
Deja arder el corazón…
Y con la puerta entreabierta,
La canción yace despierta
Para que todos los ruidos
Se hagan uno en el latido
Y por fin sean humanos…
Y volvamos, como hermanos
A sentarnos al fogón,
Que quema en el corazón…
¡Esa casa, que habitamos!.