Río Que flota

(El insecto llorón)

Que ensoñación, lo viví, corrí por la carretera indescifrable, no comprendí mi estado de lluvia....
Pulcras las grietas ensañadas del dolor que corpóreas tocaban tus espinas de miel. Y el caudal, el caudal de la transparente nada no está, me atranganté con su negrura, su jardín enajenó nuestra ignorante mucosidad perenne.
De dónde proviene esto, nuestra naturaleza de bicho, la brisa de insecto, esta contradicción de alas. Y de dónde proviene el descalzo de nuestras maltrechas voces, de nuestro llanto mudo...
Me alimento del estrabismo que producen los andares lentos y desorbitados de tus cabellos cenizos mientras del templo sales a la hoguera...; mientras acaricio los párpados de las impertérritas rocas siento aplastar tus años.
extrañez...:
grietas de tus sinuosas caricias; de la sanguínea rosa de abrazo. De lágrimas alimentas al frío y de soledad asustas a tu concepción de arcilla, y aún el rebozo de tus labios cubre la delirante muerte.