Kiomara Rios

Diez y siete

Con cada movimiento pronunciando 
mi nombre estremecía mi cuerpo;
como fuego ardiente su mirada penetraba
los mios con deseos enloquecidos.

 

Suaves e intensos besos que mezclaba
una gran pasión por dentro calmando
mis ansias del momento con aquellas
caricias maliciosas que quería sentir.

 

Un placer sin fin, minutos que
acabaron pero recuerdos que vivirán
siempre en mi y que solo con él lo
quiero volver a vivir.