Sigo escribiendo en la pared
en la raíz del dia con las uñas.
Esperanzado del viento,
en mis huesos sigo escribiendo.
Para que el dolor se convierta en verso
y las nimiedades en letra descarnada.
Se sigue deletreando universos pequeños
en el vaso de la nada.
Se escribe y se convierte la furia
en poéticas miradas,
yo sigo escribiendo en la mortal piel
que nunca mis manos alcanzan,
para que se alivie la razón;
y la locura solo sea: poesía del alma.