¿Acaso tus ojos tendrán ese misterio que guardan los dioses primigenios?
La locura con que crearon y destruyeron infinidad de mundos agonizantes
Tus ojos son la decadencia de mis demonios y el principio de mis sueños,
en cada parpadeo, muero y resucito, por los efectos de dos lanzas hirientes.
¿Y tus labios transpirarán ese néctar embriagador nacido de tierras lejanas?
El Vin de Constance añejado que contienen los toneles carnosos de tu boca.
Tus labios tienen ese efecto vertiginoso, capaz de hundirme en tus entrañas
En cada beso mi alma se pierde en la embriaguez que tu misterio me provoca.
¿Pero, acaso toda tu piel tendrá ese paraíso colmado de placeres prohibidos?
Si tu esencia es un bosque de signos indescifrables para los poetas malditos.
Tu piel me lleva a las tierras de Lybia, donde habitan mis instintos perdidos
Y regreso a través del galeón caoba de tu cuerpo, de almizcle y ámbar ahíto.
Perfecta obra de Erato, embelleces mis pensamientos con tu amorosa locura,
Inmortalizada en una bagatela en La Menor; tan suave y dulce como la brisa
Y así pudo concebirte, mi amor, aquél músico sordo de Born con tanta soltura
Y así te he concebido con mis ojos, mi piel y mis labios, ¡Oh mi adorada Elisa¡
Citlaltocani 28.11.2013