Ningún camino y trecho,
que conduzca crecer al hombre,
en su benevolencia de los hechos,
y en la garantía de sus cumbres,
lucirá suave y terso,
porque los buenos caminos,
son la vida que junta doctrinas,
en carencia de esquematismos.
Ningún buen camino,
se recorren silenció,
ningún buen amor,
es ajeno al desprecio,
ningún beso desgarrador,
esa promesa fiel a los labios,
que dieron tal beso,
Un hombre sabio,
burlo su amargura,
en el lumbre adagio,
de sensatez firme y dura,
cuando la mente se afirma y se simula,
en tristes y rasgados,
pues no hay mas difícil cura,
que librar propias ataduras.
La sutil gigante sentencia,
que nos proyecta hacia la libertad,
figura en la grandeza,
de una conjunta sociedad,
ausente de fronteras,
se traza la equidad,
carente de vergüenza,
en razón de la verdad.
Ningún buen camino,
parecerá ser el correcto,
aun veces menos digno,
pues considero más recto,
al que abole actos modestos,
al que se nutre de marxismo,
aún más sensato,
al que no ve el amor de modo esbelto,
al que dioses y demonios,
encuentra de sí mismo.