Llueven su tristeza
monstruosas flores,
cae en su llanto
el silencio también,
un suspiro quebrado
dirigido al infinito
y ruedan mil estrellas
mil barrancos y mis sirenas,
corazón ártico asesino
de momentos de miedo,
de veces hambrientas
y recuerdos que no cesan,
alas, dios, alas debo,
mi corazón un camino
y mi celo el cielo,
acaricia mi espalda
dame vos empujame al cielo
y hazme contigo amor volver a volar.