Siempre fue un hombre conforme con todos.
Servil a los grandes, se enternecía,
no le penetraban los improperios.
Al chocar con abusos se volvía,
no sentía dichos ideológicos.
Al fin se quedó adormilado un día
Su imagen, muy frágil, se despedía;
tampoco se vieron cambios de alcurnia.