Alcibiades

Alejandrino a risa cautivante

Paseas tu risa, es cautivante, es mi delicia,

con sonrisa asimilo cual fuera cotidiana

por oír estoy en vilo y abro la ventana,

me llega con la brisa y sé que nadie malicia.

 

El bello día ameniza tu alegría albricia

y yo espero con ansia, cual tañer de campana,

a pesar del obnubilo aguardo en cada diana,

me vuela sin prisa mientras a mi alma acaricia.

 

Cércame con sonora risa de ángel genuino,

deseo oír cada segundo, es mi sentimiento,

elévame el corazón hasta tocar el cielo.

 

Con amor te imploro, mi alma también al divino,

tu sonreír es un mundo que siempre presiento

y ahora eres la razón de mi ferviente anhelo.

El señor de los fierros

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La obra bien hecha es aquella cuyo final recuerda siempre el comienzo cerrando el círculo del relato…