Esta noche
la memoria reabre viejos bares
para charlar con los amigos muertos.
Mucho es lo que me alumbran
esas queridas sombras tutelares.
En vida y en trasvida
faros para no errarle
a los mejores puertos.
Son lágrimas felices
las de charlar con ellos.
Resucitan aquellos chistes viejos
con toda la eficacia
que jamás tuvieron.
Esta noche soleada paseo
por la memoria de Dios:
nada bueno me puede qedar lejos.