Ella estaba triste lejos de casa,
aunque viniera a visitarle su hada madrina
y le mostrase en su espejo mágico a su familia.
Ella estaba triste y lloraba, incluso mientras dormía.
La rosa se sentía desolada, ya no reía.
No se sentía segura en el mundo, sólo pensaba en una huída.
Un día apareció un ángel que la miró desde la ventana.
Hacía tiempo la observaba y sabía lo que a la rosa le pasaba.
Le trajo una amiga que le contó noticias y le leyó cartas.
Pronto, muy pronto la rosa se reencontraría con su familia.