Caen las hojas secas.
soplos de aire frío.
Y va encendiendo en el aire
la noche con sus suspiros.
Y los recuerdos despiertan
del letargo del olvido.
Y mi cama huele a cantos
de dulzura y de latidos,
descubriendo desnudeces
como el otoño en el bosque
que se viste de oro y rojo
con aromas de café,
que van tiñendo de ocres
los deseos y el placer.
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