Robledo de Chávela, 15 de Diciembre de 2005
Alma liviana, lindeza infinita,
deseoso de observar, cada instante,
mientras dibuja mi mente utopías
provocadas por el bello semblante
Tus labios, tus ojos y tus mejillas,
presunción de vanidades etéreas
efluvios de aquellas conmociones,
postrándose ante eminente belleza.
Ha mermado las ganas de existir
si no te tengo, veo y acaricio,
sin poder probar el gran elixir
provocando este disfrazado vicio.
Quiero ver tu boca articular palabra
como tus ojos regalando miradas,
y tus gestos abriéndome el alma,
alma débil en estos momentos
cayendo desde lo alto del abismo.
pero con tu rostro aviva el fuego,
ese fuego solemne que por ti siento.
de una existencia tan latente.
Aquellas palabras nuestras,
las cuales, necesitan nuestros oídos.
bendiciendo tu rostro angelical
que me saca cada día, del abismo.
Wicttor