...última voluntad...de mis afectos
cuenta un notario
que cierto día de verano
antes de cerrar el obituario
se presentó un veterano
con un suspiro de remiendos
solicitó al escribano
que redactara sus lamentos
antes de morir en vano
la añeja voz del barrio
arrumado en la memoria
junto a la talega de su erario
pensó en la tierna bohemia
a la mujer de mi canto
dejo mi voz en su manto
para que cada ingrato
no provoque su llanto
a la mozuela de las callejas
dejo mis bríos en sus rejas
para que las ninfas viejas
antojen sus sábanas añejas
a la vecina de las manzanas
dejo mi silencio en sus mañanas
para que el arriero de las guayabas
no pueda llegar a sus almohadas
a la dama del punto débil
dejo mis tactos en sus manos
para que la cantina senil
no provoque sus arrebatos
a la muchacha del santuario
dejo un verso en sus labios
para que el alma del vicario
se aleje de los rosarios
a la campesina del alba
dejo un beso en su falda
para que el obrero de calda
muera en el intento de espiarla
a la poetisa concupiscente
dejo un mullido de paja
para que desmaye su fuente
ante el fogón de la raja
hasta aquí señor letrado
dejo mis intenciones
con sano juicio del arado
que dibuja vibraciones...
VICTOR ABEL NIQUINGA RUIZ
2009 diciembre 31 11h44