Lo único seguro es que llovía
lo sé por el recuerdo vivo
de sus dedos
hundiéndose en la humedad
de mi cabello
en el silencio embriagador
de su tacto desnudo
que iniciaba la noche
más hermosa del otoño
Lo único seguro es que llovía
antes de que sus besos
desataran el fuego
y fuera de ella prisionero
y ella mía.
Sandor