favecas16

EN MI

Disculpe si causo alguna molestia con lo que redacto a continuación, pero es que ya no tengo forma de decir cuánto es que hace usted falta en esta vida, esta vida que se ha vuelto gris desde su partida, donde ya nada le da ni siquiera un destello de luz o de color a mi mirada, donde nada puede ya mover mi alma como lo lograban hacer esos ojos, fijos, tiernos e inciertos, en los que yo solía perderme infinidad de veces en un sólo momento.

 

Mis pies se quedan inmóviles cada vez que usted llega a mi mente de nuevo, donde este, con quien este mi cuerpo se paraliza y no puedo más que imaginarla a usted frente a mí, yo me quiero acercar y besar esos labios que en las tardes de ayer solía rosar sin descansar, pero no puedo, porque usted no es más que un espejismo de mi imaginación, una imagen irreal que mi mente a elaborado para hacer mas infeliz mi día a día, día a día del que usted logra apoderarse de mí y por ningún motivo logro sacarla de mi mente, de mi pensamiento, de mi alma, de mi corazón, ni siquiera de mis sueños, sueños que me hacen querer regresar el tiempo para volver a vivir cada uno de los momentos a su lado, pero que al despertar me lanzan al abismo de la realidad, un abismo interminable, donde yo solo soy yo, usted es sólo usted, y nuestro amor ya no existe, donde la gente que solía vernos juntos, de la mano y enamorados, ahora nos pregunta que ha sido del otro, a lo que nosotros no sabemos contestar una sola palabra, porque no sabemos nada de nosotros, usted sabe de usted, yo sé de mi, pero el nosotros ya no existe, a mí en lo personal cada una de esas preguntas me duele, me hiere, porque me recuerda que usted ya no es de mi y que no lo volverá a ser,  suelen preguntarme como me siento, si no la extraño, si no la necesito, si no me siento triste, generalmente espero dos o tres segundos y sólo respondo \"no... me da gusto que ella este feliz y yo... yo me encuentro perfectamente\", pero la realidad es otra totalmente distinta, por dentro me consumo a cada segundo, me hiero al ver cada una de las cartas que nos hicimos con tanto amor... y al mirarla ahí, al final de cada uno de mis pensamientos, al final de cada uno de mis días, al final de cada uno de mis momentos, porque inevitablemente usted siempre estará ahí... en mí.

 

 

MAFC

 

II-IX-XIII