Si escribo este soneto es porque siento
que todo el universo me convoca,
a compartir el canto que en mi boca
es lucha y ovación, también lamento.
Si escribo es porque sueño y bien presiento
que el tiempo es impasible y me retoca
el alma, el corazón como una broca;
me pone toda entera en movimiento.
He sido piedra dura, rosa, hielo,
princesa sin corona, una mendiga;
tan alto y tan estrecho era mi vuelo.
La vida me ha enseñado que es mi amiga,
pues cuento con la paz del amplio cielo
y el fuego de una estrella que me abriga.