Robledo de Chávela, 11 de Noviembre de 2005
El sempiterno universo
divagar en el infinito
navegar por el cielo
cristalinos, sinceros.
Palpando lo etéreo,
ese es el espejo
donde hoy me reflejo
marrón verde verdadero.
Guardianes de mil secretos,
apostoles de los sueños
hoy dueños de mis pupilas
siempre tuyas y mías.
Y como miran tus ojos
me tienen cada vez más loco
envolviéndome en fantasías,
que me revive cada día
esos ojos de “Mi Niña”.
Wicttor
Me encanta mirar tus ojos, la belleza que desprenden y la inteligencia que hay detrás de ellos. Gracias por tu mirada, por cada sensación que me ha creado el que me hayas mirado con tanta magia.