Hay veces que quisiera que el cielo
cayera sobre la tierra que cultivo
Diluir las verdades de ambos lugares en mí,
a la altura de donde brota el escalofrío.
Hay veces que no sé si ir y volver
como el invierno a la primavera
-si pudiera…-
Arrepentirme como el otoño de las hojas amarillas y regresar en Abril,
O seducido por el pardo manto quedarme y sentir eternamente la disculpa .
¿Qué hago si al terminar el día empiezo vivir?
Es cuestión de prestarme los zapatos a mí mismo y andar.
Mientras camino gira y se expande Casiopea.
La catástrofe se rebela en mi cama como una fulana
que ve el amor por la ventana y se asoma.
Quizás la brisa sea tu palabra y no lo sé.
Quizás el carraspeo de las hojas sea el ritmo
en cualquier parte de un verso tuyo,
el viento.