Me limito a oír tus fundamentos,
Es el ruido del silencio.
Será el año transcurrido con mera tristeza,
suenan ambivalencias descartando aquellas almas,
sentirme como una acróbata que perdió su destreza,
desafiar a los principios de la mortalidad.
ten calma
me decías, aquello que comienza debe terminar.
menos paz que emerge de mis apacibles nervios
ya no conocen el concepto de aquel cruel adiós.
quizás tu extraña vida sea más alegre y verde
que un jazmín en verano con leves lluvias al mes.
Sin embargo cuando sientas que el cielo muerde
o meramente necesites mi consejo triste
férreo, sólido pero tan honesto en tus días,
entiendas que en mi realidad tu amistad existe.
No han dejado de sonar las notas de tu alegría.
Podría, quién sabe, si supiese que lees mis cartas,
escribir hasta cansar mis ojos por tu hermandad.
Clave ironía dulce sufrimiento he de pensar,
se que lo merezco, cada lagrima caída,
no hay ojos en el mundo que vean mis quejas.
Agradezco cuando negaste que el veloz
tiempo nos tomara excesivas fotografías,
que sería de mi vida con solemnes recuerdos,
tantos metros caminados un sin fin de encuentros
si a la vez de estar plasmados en mi corazón
existieran imágenes de esa lejana amistad
de tu actual, desalmada y fría desestimación.
Leslie Erne, 16 años.