Tengo escrito tu nombre en un golpe
de lluvia de luz,
a tus ojos sin corriente
en la sombra de un dios,
y me levanto pensando
en los granos de arena
y su nunca fin,
sabes siempre mirarme
y como hacerme sentir,
no importan las aves
y su eterno sin fin,
dar un beso en los labios,
llorar y mentir.
No hace falta cantar
el otoño perene sus hojas lloro,
caen rayos de muerte
sobre los rios de esta canciòn,
No hace falta que llores
el centeno ya marchito,
la cebada y el agobio
del llanto en el mar
retumbo, acabalgo los versos
de un amor que acabo,
no hace falta cantar
pues las olas no tienen dolor,
solo son la furia del mar
y el eco de una estación,
no hay mirar que me alcance
ni tampoco hablar
que me haga sentir,
cuelga al mundo en dos partes
llorar y reír.