Tengo aserrín en la boca
y mi voz esta ronca y pesada,
de vino, de pucho y de trasnochada,
...y no te canto igulito que antes
porque me mataste el corazón percanta,
y de caña tengo seca la garganta.
No se porque volviste...
si nunca me quisiste.
Arrastrada pero soberbia,
me buscaste en tu caida,
y con mi vergüenza perdida,
con plata pechada,
te banque de mantenida.
Mina barata y acabada,
que bailaste bien el tango,
lo mismo con un compadrito,
que con un cajetilla.
Al fin de tu camino te he recibido,
viendote vencida y de copete caido,
porque he sido el unico,
que para mi desgracia te ha querido.
Pero no puedo cantarte ingrata,
porque tengo desecha el alma,
y tengo de tabaco y de alcohol,
ronca la garganta.
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