Acaricio tu rostro tiernamente
mirándote a los ojos con dulzura,
me devuelves la mirada con ternura
y mis manos se deslizan suavemente.
Es sueño del que no quiero despertar
al escuchar tus palabras en murmullo,
y saberte presa, crisálida en capulllo,
cárcel de la que te puedo liberar.
Aflora tu tristeza a su mínima expresión,
y no la ocultas...si de sonreir se trata,
no se, o es la vida o algo te arrebata
Ese deseo que tienes de ver la libertad,
al acariciar tu rostro mi mano te desata,
y te encamina a paso firme... a la felicidad.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Dic.4/13