\"Una melodía que suspiro en mi vida\" -Así tal cual-
Bostezaba oro diminuto
de las planicies que rumoreaban melodías
Destellando vida en la estadía casual del viento
Cerrando sus alas, vejez del alma corporal
que lleva cuando se deshoja su frío
al libre albedrío de las sombras
amuralladas en las huellas invisibles
El silencio cayó de sus ecos distorsionados
*Es silente su raspaje íntimo
a la extremidad del cielo
Planea sobre la imaginación de los ángeles
subrayando el ataúd que se lleva en su cuerpo
al roce de gargantas que declaman su libertad
Ondas parpadean al claustro cabizbajo
de cazadores cazando la culpa de su arte
Embelleciendo la tranquilidad de los ciegos
inspirado por el tachado extenso de lágrimas sólidas
Das vida con las extensiones del horizonte
impulsando a las flores gemir flautas amargas
desde la copa quebrada del desierto
En la húmeda llama masticada por la brisa
cazando el altiplano escrutado de los sueños
Siento los brazos volátiles
del gigante de luto
arpegiar el llanto
de un charango
hundido
en soledad-
De su garganta domina
el Ecuador de la esperanza
el lazo de la sangre
a la vida eterna de un espejismo
al oír su fortaleza conquistar la palabra
como si los versos fueran sus plumas
y el movimiento de su poema
el vuelo infinito al universo- /Arte en latidos/
Escucho \"El Cóndor Pasa\"
[Mi sangre enmudece húmeda]
Dibujas eternidad
de mirar tu mancha
pegada al cielo
siendo la arena
el reflujo de tus
lágrimas
-marchita la lluvia-
Tu cuna está en el firmamento
donde se desglosa la opresión del aliento
a la cúspide orgásmica del viento sólido
* blando en las masas que llegan
cayendo tristes, alegres, pequeñas
sobre los vastos argumentos
de gigantes dedos trastocando
la timidez acústica de la inspiración latente
[Como la Cordillera de los Andes gime a veces]
En esos ecos
que se escuchan
a lo lejos
sigilo del cielo
rumor de tu corazón
bosteza el desierto.