Y decliné sobre ti mi boca,
para besarte en la frente,
con la sed que me provoca
beber el amor de tu fuente.
Y pasé muchas noches
pensando si me querías,
en mis sueños tuve derroches
de locas fantasías.
Te percibí en la penumbra
de mi alcoba, de mi almohada,
tan cerquita estabas,
con tu alma en llamaradas.
Sin reprimir mis ansias
sentí que me quemabas
y sobre ti derramaba
la pasión que me quedaba.
segura, muy segura estaba,
que allí estabas y me amabas
y yo te amé en la penumbra
con mi alma ilusionada.
Felina