DEL MANICOMIO
En esos grandes cosos
los ecos se confunden,
esperan que las manos
atrapen sus fantasmas.
Espíritus que vuelan
laguna color rosa,
donde el delirio impone
su armonía valor.
Esconden los peldaños
que incitan a subir
a lo mas alto, sitio
en el que son creídos.
Son los locos llamados
a hacer del manicomio,
la fuente apetecida
de agua que su sed calme,
Y acertar con terapias
de tantos incapaces,
de acallar agrias voces
que piden redención.
Se querellan en ellos
inmensos sobresaltos,
en órbitas terráqueas
donde no existe amor.
Sofocados en aulas
de inmensidad incierta,
con las formas que niegan
las razones conscientes.
Defienden su locura
producto sensatez,
para que deje libre
a la imaginación.