De tu boca , zarpa de aire,
como los frutos de la higuera
de negro y de almíbar.
¡Esclavízame a tus manos peregrinas,
aldaba de mi pecho!
al bruñido de tus ojos morenos,
dulce y total lección de brasas
al mosto de tu risa ...y flor de almendros.
Adicta , al brebaje de tu lengua
soberana dictadura el lenguaje de tu cuerpo
¡Flores de infierno!
Adicta a la noche
y su canción desesperada de aromas,
cuando la luna copula en tus cabellos.
Aire al pie de las cascadas,
un segundo antes, de que estalles.
Alejandrina.