Parpadea la luz de enfrente y
ciega mis ojos, dormidos,
plañir, plañir, plañir.
Un vino otrora fue un mar de olas alegres,
Una copa ahora un lago calmo, demasiado.
plañir, plañir, plañir..
De aquel lienzo sólo queda el albeado,
con un frágil marco.