Donaciano Bueno

¿Cuándo llegará el ocaso?

Aún henchido de ilusión y de esperanza,

más algo cansado ya de tanto vapuleo,

de la vida voy pasando y me recreo

en los placeres que mi mente alcanza.

 

Ando sonámbulo de lisonjas y otras mieles,

de elogios harto y de censura ausente,

no me olvido de tener siempre presente

que dormirme nunca debo en los laureles.

 

Paso a paso hago el camino caminando,

aunque lento su trazado voy siguiendo,

aún curioso por donde ando voy mirando

y así, poco a poco, mi trayecto recorriendo.

 

Tranquilo espero a que llegue ya el ocaso

en tanto que voy el paisaje reviviendo,

ignoro si al final me aguardará el parnaso

o si mi postrero sino me conducirá al averno.