Adelaida López Marcos

ALGUNOS MESES


 

 Por enero, lloran los copos, ¡copos como pañuelos!.

Ganaderos altivos, ¡altaneros!,
mirad como renuncia mi garganta
a su voz por enero.

¿Quién levantó los olivos de la mañana?
son más fuertes y más altos que los febreros,
¡y que este cuerpo!
con el cansancio ya labrado,
que ha quedado en el campo de su febrero.

Alimentados por el agua casta,
la tierra, el sol, el aire, creciendo entre los marzos,
alimento de mi cuerpo unido,
me abre de brazos y coge en su seno,
este tronco tieso, caído.

Levanté junto a los abriles, 
una mirada y un olivo; 
más alto que los pies del viento,
más grande que los años del almendro,
y más hija que la tierra y su cimiento.

Moliseros y oriolanos, ¡altaneros!
¿quién se acuerda de esta tierra,
que alimenta  los mayos,
de mi boca sementera?.

Sangre y vida, savia de mi dolor, 
la que no descansa tranquila.

Crecen mis copos
 entre  junios heridos,
¡llevo meses creciendo,
junto a los llantos de mi regadío!