No me preguntes si fue accidental,
que creciera en el pecho el sentimiento,
tú lo sabes el huerto natural,
reverdece con silvestre engreimiento.
La lluvia el sustento celestial,
y tú amor la razón de mi contento,
es su fruto como miel en panal,
brindando al corazón el alimento.
No le niegues nunca sol tu abrazo,
y sabia suba humilde dando vida,
produzca ya sus frutos sin aplazo.
Oh amor que otro sentir no divida
siniestro de mi pecho a tu regazo,
en donde su raíz se consolida.