De azahar está alfombrado
El piso de mi covacha.
Está mi vida borracha
De tanto amor disfrutado.
Está la tarde sumida
En un prodigioso canto.
Es de alegría mi llanto
Por la ofrenda recibida
De la mujer que me besa,
Con deliciosa pasión
Y en su regazo me funde
Para que la marca impresa
De su amor sea la ilusión
Que a mi vida la circunde.