La tarde se oculta detrás de las sombras
La luna aparece con pálido brillo
Empieza en las plantas el canto del grillo
Y yo tiemblo triste repitiendo su nombre.
Me voy con la noche, surcando sus misterios
Buscando su imagen en todos los luceros
Rasgando su velo arañando el miedo
Soñando despierta con algún encuentro.
La noche está larga, maduran las sombras
Las penas maduran, crecen, se agigantan
Los luceros callan titilando llantos
Sobre mi tristeza, los luceros callan.
Pasan largas horas, los ojos abiertos
V en llegar la aurora, pero están cansados
No lloran , no lloran solo ven la aurora
En un nuevo día, ellos ya no lloran.