Me quedan fuerzas todavía
para olvidar tu rostro con pura voluntad
Desconocerte en la calle y presentarme como extraño
sin correr el riesgo, sin temor alguno
a fantasmas del recuerdo
Sé que puedo borrar tus ojos de lo míos
Dormir sin que tu esencia
acuda a hacer del sueño una burda fantasía
Cerrar los ojos y encontrarme soberano
de mis propios sentimientos
Saber que lo que pienso
no gira en torno a tu recuerdo
Caminaré por trillos que se que desconoces
Buscaré los mares cuyas olas rompan
sin traer el eco de lo que un vez fue tu presencia
Miraré la noche de la luna desidente
estando oculta tu sonrisa por la oscura niebla del olvido
Bajaré los astros sin ver el brillo de tus ojos
en su luz incandescente
Sé que puedo decir no con la cabeza
y las entrañas si pregunta curiosa el alma
por esa obra de arte
que una vez colgó en mis corredores
Podré escribir sobre el amor sin dejar tu aroma
en cada verso y cada estrofa
Podré escribir del desamor sin dejar la huella húmeda
en el lienzo de mis lágrimas saladas
Sé que puedo beber cada gota de tu río
Confío en mi voluntad para callar todo murmullo de tu ser
Pero el hecho es que me siento
dolorosamente a gusto sabiendo que tu existes
Observando como el Sol se eleva
con la luz de tu sonrisa
Hallando tu aroma y tus delicias
en cada flor que este mundo azul ha concebido
Sé que puedo olvidarte para siempre,
Sé que puedo borrarte de mi mente,
pero el precio es elevado para una recompensa
tal vez inexistente, para una incertidumbre
eterna e inherente.