Ávila, Lunes, 18 de mayo de 2009
BABEL
Busco la lengua de la compresión,
la tierra del entendimiento
escuchando la señal muda ¡Oír¡
el verbo adyacente ¡Percibir!
a un significado recordado,
a una imagen en mi mente.
Y que difícil es entenderse,
tan difícil es ambicionarse
en un desorden maligno
en el que solo pido lo digno,
en el que solamente encontrare,
el poder de la tierra de babel,
sin corrupción, sin depravación
sin orgullo, sin divagación.
tierra de la incomprensión.
Porque bajaste Yavé ¿Por qué?
a la llanura de Senaar,
generando la confusión
de palabras desordenadas
entre las gentes de razas,
y has forjado el balbuceo
el murmullo, el barullo
en la tierra de la madurez
al lado de sosiego del mar,
ante el letargo de la avidez
de conseguir la sensatez
del perfecto edicto.
Y pienso en el perverso sueño,
en la indagación de las ínfulas,
de conseguir la perspicacia
a la tolerancia, de la tierra única
de conseguir unir las manos,
en lo alto del monte arcano
del exotérico sueño de una torre
de alcanzar lo mas alto,
para luego caer en los brazos
de la impudicia y el desagrado.
.
¡Babel! Tierra infinita
abandonas tus gentíos
a la mano del Dios,
¡Grita! ¡Grita!
Que nadie escucha,
¡No te entienden!
Wícttor