Marzio Girola

Cuando el Sol

Es cuando el Sol extiende
su dorado tapete sobre el mar,
para alcanzar hasta mi retina,
que me siento homenajeado...

Así como, 
cuando reconozco el aroma a tus pasos
detrás del vaivén de un trozo de soga
que pende de un árbol
o intuyo tu saliva,
en el recuerdo de una tarde de primavera
junto a un verde prado de aquella ciudad lejana.

¿Qué de amor hablan los peces
si no emiten más que burbujas?

¿Y tú, que sin hablar escribiste en mí
la más profunda de todas las letras?

Que necesidad de volverte a sentir,
de recuperar del abismo de mi alma,
el néctar de tu sabia 
que derramó un día la melodía aquella,
que reboza hoy detrás de mis hogueras,

No es comprensible…

Si no estas, si casi no existes,
como alimentas siempre
la vegetación toda de mi ser
con el agua de tu recuerdo…
refrescando siempre 
en mi memoria, 
cuan poco necesitaba
al estar contigo…
cuan poco necesito
cuando amo,
desde el epicentro mismo
de mi vital elemento
a quien desea,
simplemente,
ser amada
y solo eso…